Descubre la versión más solidaria de Dyson

Dyson ayuda a los jóvenes inventores

No es necesario que os presentemos a Dyson. Conoceréis sobradamente la marca por sus cualitativos e innovadores productos tanto para nuestro cabello (secadores, planchas o moldeadores) como para el hogar (iluminación, ventiladores, aspiradores…) y por estar siempre a la última en soluciones tecnológicas.

Sin embargo, es posible que no conozcáis su cara más solidaria. La que se refleja a través de la Fundación James Dyson y con la que apoya la investigación médica y anima a los ingenieros más jóvenes para que trabajen en los inventos que pueden cambiar el mundo.

El James Dyson Award

Para darles el impulso que necesitan, la Fundación creó el James Dyson Award, el premio que da soporte mediático y económico a aquellos jóvenes inventores que son capaces de utilizar los principios de la ingeniería para encontrar soluciones efectivas que mejoren nuestro día a día. La edición de este año empezó a recibir candidaturas el pasado 17 de marzo y continuará haciéndolo hasta el próximo 30 de junio.

Será entonces cuando Dyson valorará las propuestas recibidas y se decidirán los nombres de los ganadores. El ganador nacional recibirá 2.200€, los finalistas internacionales 5.500€, el ganador al Premio a la Sostenibilidad 33.000€ y el ganador internacional percibirá otros 33.000€ más 5.500€ para su universidad.

Un buen empujón, sin duda, para que estos jóvenes inventores hagan realidad sus sueños y todos podamos podamos beneficiarnos de ellos.

La prevención del cáncer de mama, ganadora en 2020

Un buen ejemplo lo encontramos en la ganadora del año pasado. Fue la española Judit Giró con The Blue Box, un dispositivo biomédico que puede detectar el cáncer de mama a través de la orina. El dispositivo realiza un análisis químico de la muestra de orina y mediante un algoritmo basado en Inteligencia Artificial (IA) determina el diagnóstico. La usuaria solo debe consultar la app para conocer el mismo.

Actualmente, el dispositivo se encuentra en proceso de obtener una patente en Estados Unidos y Judit espera que en un par de años el proyecto esté en la etapa de prototipo final, preparado para estudios en humanos y ensayos clínicos. Esperemos que así sea.