Desmaquillarse es la rutina de belleza que más necesita nuestra piel. Para evitar el envejecimiento prematuro y la pérdida de luminosidad, es importante que cada noche nos liberemos de todos y cada uno de los restos de maquillaje de nuestra piel y que eliminemos los residuos de polución que, desafortunadamente, nos acompañan en nuestro día a día.
Entre todos los productos destinados a limpiar y mimar intensamente nuestra piel, hay uno que hace tiempo que nos tiene el corazón robado. Se trata de la mousse desmaquilladora de Caldes de Boí llamada Bye, Bye make up y que enamora tanto por su placentera y sedosa textura como por los ingredientes que la componen.
Uno de ellos es el agua mineromedicinal Font del Bou, rica en oligoelementos y de débil mineralización con una concentración de sílice única en el mercado. Este mineral actúa directamente sobre las estructuras que sostienen nuestra piel y aportan propiedades regeneradoras y rejuvenecedoras.
Otro de sus puntos fuertes se encuentra en el extracto de Edelweiss, también llamada Flor de las Nieves, originaria de los Alpes y con propiedades antioxidantes, hidratantes y anti-envejecimiento.
Y qué decir del extracto de manzanilla. Excelente para limpiar, tonificar y restaurar el equilibrio de la piel irritada.
A todos estos ingredientes naturales hay que sumar que la mousse desmaquilladora de Caldes de Boí no contiene ni parabenos, ni perfumes, ni alcohol, ni colorantes, ni siliconas. Un auténtico lujo para la piel.
Y además del desmaquillante…
Si queréis ir más allá en este tratamiento natural, no perdáis de vista el Skin Cure Sérum Gel que también posee agua de la Font del Bou, extracto de Edelweiss y los certificados Eco que garantizan que los productos traten la piel con la delicadeza que necesita.
Y para mimar nuestro cuerpo, T3 Oil que gracias a su combinación de aceite de Neem, de argán y de oliva aporta un poder reparador y extra hidratante ideal para nutrir hasta las pieles más secas y para prevenir el envejecimiento.
Tres joyas que, además de ser naturales, proceden de una marca comprometida y solidaria como es Caldes de Boí. ¿Qué más se puede pedir?