Algunos datos nos ponen en nuestro sitio. Como seres humanos muchas veces nos creemos el centro del universo. Sin embargo, los científicos estiman que junto a nosotros en la Tierra viven al menos otros ocho millones de especies de plantas y animales en diferentes ecosistemas. Una biodiversidad que funciona como un perfecto rompecabezas, donde cada pieza -incluido el hombre- depende de las demás. Pero, ¿sabías que 12.000 especies vegetales se encuentran en peligro de extinción? O que, desde 1970, el número de vertebrados en todo el mundo se ha reducido al a mitad… Por eso, este año el Día Internacional de la Diversidad Biológica lleva por eslogan “Construir un futuro compartido para todas las formas de vida”.
Y nosotras te animamos a unirte a él de la mano de L’Occitane. Una de esas marcas de belleza que no nos cansamos de recomendarte porque combina fórmulas eficaces y apetecibles con unos valores firmes y auténticos como el consumo sostenible o, por supuesto, la protección de la biodiversidad. En concreto, hoy queremos contarte cómo es su compromiso para proteger el paisaje de Provenza
Un viaje a la Provenza francesa
La historia de L’Occitane está estrechamente unida a Provenza, la región del sur de Francia donde nació la marca en 1976. Por eso, aunque sus proyectos de preservación se han extendido por toda la cuenca mediterránea e, incluso, han llegado hasta Burkina Faso (África), de donde procede su manteca de karité, estas tierras francesas son el mejor exponente de su actividad. Si bien la Provenza cuenta con uno de los ecosistemas más ricos del mundo, L’Occitane está poniendo todo de su parte para proteger su biodiversidad, cada día más amenazada.
El ejemplo más claro de este compromiso con la diversidad biológica se materializa a través del abastecimiento de ingredientes. La Provenza, además de representar las raíces de la marca, es fuente de muchas de las materias primas empleadas en las fórmulas de L’Occitane. La clave es que desde su obtención hasta el propio cosmético que las incluye mantienen una perspectiva sostenible. Como explica J.C Lhommet, responsable de Ingredientes Sostenibles de la marca, la cercanía física les da ventaja. «Nuestra presencia sobre el terreno nos ofrece un conocimiento profundo de las materias primas y afianza nuestra relación con los agricultores, con los que hemos construido un vínculo basado en la confianza. Todo esto garantiza una trazabilidad completa, desde la semilla hasta el producto final», explica. Ese proceso comprende, por tanto, desde el trabajo con productores locales hasta los cultivos ecológicos respetuosos con el entorno, pasando por la colaboración con la UICN (Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza) en la protección de la biodiversidad.
Lavanda, el oro azul que está en peligro
Símbolo de los campos de la Provenza, la lavanda es también uno de los primeros ingredientes que nos vienen a la cabeza al pensar en L’Occitane. Su leche corporal, su crema de manos, la bruma de almohada… De hecho, emplean la variedad de lavanda fina -la que ofrece el mejor aceite esencial- desde los inicios, hasta haberse convertido en su comprador principal. Y no solo eso: también contribuyeron a crear el sello Denominación de Origen Protegida para la lavanda fina de Alta Provenza, que garantiza la calidad y trazabilidad de su aceite esencial al tiempo que mantiene su cultivo.
Por último, no podemos olvidar que la disminución de la lavanda en Provenza es un fenómeno alarmante. El cambio climático unido a al ataque de la cicadela (un tipo de saltamontes) amenaza a esta especie vegetal. Por eso, desde 2012 L’Occitane apoya a poya a institutos de investigación franceses a través de su equipo de agrónomos y con la aportación de fondos. ¿El objetivo? Dar con soluciones ecológicas que protejan a la planta de estas amenazas, como la siembra de hileras de pasto, que ejercen de barrera natural entre la lavanda y el devastador insecto.
Otros ingredientes icónicos
Si tuviéramos que elegir otros dos ingredientes icónicos de los productos de L’Occitane serían la almendra y la verbena. El primero, conocido por sus propiedades nutritivas para la piel y el cabello, se usa en todas sus texturas: aceite, proteína, manteca, leche, cáscara… Para ello, la marca se abastece de frutos procedentes del sur de Francia. En concreto trabaja con un productor de la Provenza, Jean-Pierre Jaubert, que desde 2002 ha replantado 22.000 almendros. Algo esencial dado que el cultivo de este árbol había desaparecido de la región en los años 60 para dar paso a otros más rentables.
Su implicación no queda ahí. También colaboran con France Amande, una organización dedicada a promover el cultivo sostenible de este árbol en la Provenza. ¿Su objetivo? Plantar 900.000 almendros en esta zona para 2025.
Y qué decir de la verbena. L’Occitane ha convertido a esta flor en el aroma por excelencia del verano. Refrescante, chispeante, revitalizante… Un clásico de los jardines y mercados provenzales cuya producción local, sin embargo, se está viendo amenazado por la competencia de otros países productores. Para su colección más estival, la marca se abastece en exclusiva de un campo de cultivo en el Grand Site de Saint Victorie, poseedor de una naturaleza imponente. Además de ser una variedad con una nota olfativa única este campo está certificado como 100% orgánico y considerado como un oasis ecológico de la biodiversidad.
Lavanda, almendras dulces, verbena… Huelen de lujo, tienen grandes propiedades y, sobre todo, son totalmente sostenibles. ¿Qué mejor forma de celebrar el Día de la Biodiversidad?