ATOM H2, la tecnología que almacena el excedente de energías renovables de forma segura, ha ganado la fase nacional de James Dyson Award 2024. Diseñada por estudiantes de la universidad Elisava convierte el exceso de energías renovables en hidrógeno y lo almacena en estado sólido utilizando hidruros metálicos. Cuando se necesita la energía, el hidrógeno se libera y se convierte de nuevo en electricidad mediante una pila de combustible.
De los tres proyectos finalistas, NeoShell, Aria y ATOM H2, este último ha logrado el codiciado James Dyson Award 2024 en nuestro país. ¿El motivo? Cada año se desperdicia energía renovable como para abastecer a más de 50 millones de hogares, lo que equivale a la población total de países como España y Canadá juntos. NeoShell, la solución integral que mejora el cuidado neonatal, y Aria, una máquina para tratar la apnea del sueño en la propia mascarilla, han sido los otros dos proyectos finalistas en España.
James Dyson Award 2024: ¿qué es ATOM H2?
Este año, el galardón español aborda el problema de la pérdida de energía renovable que no podemos llegar a consumir. La tecnología ATOM H2 convierte el exceso de energía en hidrógeno y lo almacena de forma segura en estado sólido. Este método es más seguro y eficaz que el almacenamiento de hidrógeno en estado gaseoso o líquido.El proceso comienza con el uso de energía renovable, como la solar o la eólica, para generar hidrógeno mediante electrólisis, que divide el agua en hidrógeno y oxígeno.
Cuando se necesita energía, el hidrógeno se libera de los hidruros metálicos y se convierte de nuevo en electricidad mediante una pila de combustible. Este proceso genera energía limpia, con el agua como único subproducto. Además, pueden añadirse unidades de almacenamiento adicionales para satisfacer las distintas demandas de energía. Así, se garantiza un suministro de energía estable y fiable al reducir los residuos y utilizar la energía renovable de forma más eficaz.
¿Qué lo hace diferente?
ATOM H2 destaca por varias razones. Utilizan hidruros metálicos para almacenar hidrógeno en estado sólido, lo que estado reduce los riesgos asociados a la alta presión y las temperaturas extremas. Por otro lado, al tratarse de un sistema modular, permite escalarlo con facilidad. Es decir, se pueden añadir o eliminar unidades sin grandes rediseños. Además, se centra en la sostenibilidad. El sistema solo produce agua como subproducto, lo que contribuye a un medio ambiente más limpio. Y también ayuda a reducir el despilfarro energético y fomenta el uso de estas fuentes de energía.
La invención: ¿cómo nace ATOM H2?
Un joven equipo de los estudiantes de Ingeniería de Diseño Industrial en la Escuela Universitaria ELISAVA, Anna Martín, Mariona Figueras y Marcel Rovira son los responsables de su creación. “Soy una persona curiosa, que disfruta investigando y aprendiendo. El encuentro con Anna fue un punto de inflexión y comenzamos a plantearnos aportar algo significativo. Ambos compartimos un gran interés por la energía, y decidimos canalizar ese interés en un proyecto conjunto», dice Marcel Rovira.
Desde pequeña, Anna soñaba con crear algo que aportase al mundo. “Mi entusiasmo por las energías renovables me impulsó a embarcarme en esta aventura. Marcel y yo comenzamos el proyecto aplicando la metodología de creación de producto que aprendimos en la universidad. Además, creamos nuestro primer piloto como trabajo de final de grado, en el que se incorporó Mariona. Ahora, estamos realizando las primeras pruebas piloto y confiamos en que este proyecto crecerá en los próximos años”, comenta.
El equipo: una triada joven y entusiasta
El equipo ganador de la fase nacional de James Dyson Award ha recibido reconocimiento, visibilidad y una aportación económica de 5.800€ para apoyar la comercialización de ATOM H2.
“Este reconocimiento significa muchísimo para nosotros. Haber estudiado Ingeniería de Diseño Industrial nos ha permitido cumplir un sueño que teníamos desde que ingresamos en la carrera. Siempre escuchamos hablar de este premio, y lograrlo ha sido un honor. Esperamos que, con el apoyo de Dyson y su equipo, podamos llegar muy lejos y ayudar a muchas personas, haciendo realidad este sueño”, señalan.
Dos finalistas excepcionales
ATOM H2 competía con dos increíbles finalistas: la incubadora NeoShell y la máscara para apnea Aria. Averigua cómo son estos dos proyectos
La incubadora NeoShell
La inspiración de NeoShell surgió tras varias visitas al Hospital Clínic de Barcelona, donde sus creadores, Ainara Rico, Carmen Guerra, Emma Brugué, Marcel del Valle, Alex Bretaudeau, María Fernández, Miquel Clotet, Pau Padrós y David Riol, estudiantes de Ingeniería de Diseño Industrial de la Escuela Universitaria ELISAVA, observaron los desafíos en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN). Las dificultades que enfrentaban, como el control de humedad, la limpieza y los procedimientos médicos fueron su motivación.
“Varios miembros del equipo hemos tenido experiencias cercanas con neonatos en incubadora. David nació a los 7 meses y estuvo un mes en la incubadora y yo tuve una hermanita que nunca salió de la incubadora. Teníamos el deseo de humanizar esta experiencia pues sabemos que es difícil tanto para las familias como para el bebé. Las primeras semanas de vida son esenciales e influyen durante el resto de nuestras vidas”, explica Miquel.
Así nació NeoShell: una solución que prioriza el bienestar de los bebes, aliviar las cargas emocionales para las familias y mejorar los resultados en las UCIN.
NeoShell funciona mediante una doble cúpula de forma redonda, evocando el vientre materno, que permite un acceso completo al paciente desde todos los ángulos y facilita los procedimientos médicos. Su sistema de inclinación externa evita que las extremidades del prematuro queden atrapadas entre la cama y la cúpula. Esta inclinación facilita el acceso al equipo médico necesario y su limpieza interna. Además, la cúpula ovalada previene la acumulación de vapor de agua y gotas perjudiciales para proteger los ojos sensibles de los neonatos.
Aria: la innovadora máscara de apnea sin tubo
La apnea del sueño es un trastorno que el 22% de los hombres y el 17% de las mujeres y afecta, sobre todo, a personas mayores. Además, el 80% de los casos nunca llegan a diagnosticarse y, de los que lo hacen, el 50% abandona el tratamiento.
Todos los sistemas actuales son maquinarias que se ubican en la mesita de noche, conectadas al paciente a través de un tubo y una mascarilla que limita libertad a la hora de dormir. El paciente se ve obligado a dormir boca arriba o de lado y no puede darse la vuelta o moverse en la cama. Un tratamiento insatisfactorio y con un alto índice de abandono.
“Para tratar la apnea, se usa el CPAP, que es una máquina enorme de mesita de noche que genera presión que se infunde a la boca del paciente mediante un tubo. Sabíamos que tenía que haber una forma mejor”, comenta Pau Padrós, uno de los creadores de Aria.
Creado por Pau Padrós, Liam Farrel, Alex Bretaudeau y Cristina Marcello, estudiantes de Ingeniería de Diseño Industrial de la Escuela Universitaria ELISAVA y por Berta Lloveras graduada en Ingeniería Biomédica en la Universitat de Barcelona. Aria integra todos los sistemas de una máquina CPAP para tratar la apnea del sueño en la propia mascarilla, eliminando el tubo que conecta la mascarilla con la maquinaria externa, dando plena libertad al paciente.
El dispositivo reúne todo el sistema CPAP acoplado a la mascarilla. Funciona con dos motores Dyson V9 en forma de Y, colocados hacia abajo, lejos de las orejas. Estos motores funcionan al 40% de potencia para un rendimiento más silencioso. Si el paciente se gira y un motor se obstruye, el otro lo compensa.
Un paso más para conocer a los ganadores mundiales
Aquí no acaba todo: ATOM H2, NeoShell y Aria pasan a la siguiente fase de James Dyson Award. El 16 de octubre se anunciará la lista de los 20 finalistas internacionales, seleccionados por los ingenieros de Dyson, y el 13 de noviembre se conocerán los ganadores mundiales, elegidos por James Dyson.
James Dyson Award es un concurso internacional de diseño que inspira y celebra a la próxima generación de ingenieros de diseño. Este año se celebra en 29 países y ha apoyado más de 400 inventos que resuelven problemas, con más de un millón de libras esterlinas en premios. Está dirigido por la Fundación James Dyson, la organización benéfica de Sir James Dyson dedicada a la enseñanza de la ingeniería.