10/02/2025
La nueva línea Avène Dermabsolu reúne 4 productos diseñados específicamente para combatir la pérdida de densidad. Este problema afecta principalmente a las pieles maduras y está relacionada con la disminución de la actividad hormonal. Con los años, la renovación celular se ralentiza y la epidermis se afina. También disminuyen las fibras de colágeno y elastina, principal soporte de la piel, con la consecuente atonía. Todo ello hace que el óvalo facial se modifique.
Eau Thermale Avène o quizá la llames Avène como nosotras muchas veces, va más allá en su dominio de los mecanismos del envejecimiento con su gama remodeladora y redensificante, Dermabsolu, que ofrece al rostro una última proeza: redefinir el triángulo de la juventud. Pero lo más destacado es que pone fecha en este objetivo: a partir de 1 mes. Ello es posible con sus fórmulas expertas, concentradas y ultraeficaces, "sin comprometer la sensorialidad y el confort, tan apreciados para las pieles sensibles" comentan desde la marca.
Cuando los volúmenes que sostienen la piel del rostro se relajan, las sienes, los pómulos y las mejillas se hunden, por lo que el contorno del rostro se desdibuja. Para evitar esta relajación la piel debe reforzar su densidad cutánea, pero sobre todo, su base de sostén formada por fibras de colágeno y elastina. El objetivo de la cosmética redensificante como Avène Dermabsolu es crear de nuevo una piel densa y consistente, estimulando la renovación celular y aumentando el espesor de la epidermis. Está especialmente recomendada en mujeres que han llegado a la menopausia (alrededor de los 50 años) ya que los cambios hormonales aceleran la flaccidez de la piel.
Uno de los momentos del día en la que la falta de densidad es más evidente es por la mañana, al levantarnos. Ello se debe a que la pérdida de densidad cutánea va asociada a una circulación linfática ralentizada y a que por la noche no gesticulamos tanto como durante el día. Esto provoca la formación de pliegues en la piel. Durante las primeras horas que siguen al despertar, la piel continúa marcada, parece “estriada”, “arrugada” pero irá recuperando su aspecto lentamente.
Para detectar la densidad de la piel se utiliza un aparato que aprisiona la piel y produce pliegues. Cuanto más numerosos, finos y regulares son los pliegues más densa es la piel. Si los pliegues son anchos, profundos y anárquicos, la piel es menos densa.
Una prueba que podemos hacer nosotros mismos es pellizcar la piel y observar el tiempo de retorno a la “normalidad”. La piel de una mujer de más de 50 años después de este "pellizco" tarda tres veces más en retornar que en una mujer más joven.