Me entero esta tarde por mi compañera Isabel Juncosa que Idili Lizcano, fundador de ALQVIMIA, nos ha dejado. Han sido 3 años de larga enfermedad que ha afrontado «con lucha, valentía, fuerza y coraje». Así describen esta etapa de su camino quienes le conocieron bien y estuvieron a su lado. Personalmente tuve la suerte de entrevistarle para la revista del sector profesional en la que entonces trabajaba. Eran mis inicios en el sector -hace más de tres décadas-. Y puedo decir que de las muchas entrevistas que hice, la suya es de las que se recuerda, porque hablar con él era entrar en otra dimensión.
Le oí hablar siempre del poder de la belleza sobre la mente, más allá del cuerpo. Y del poder de los aceites esenciales capaces de dar en la diana mezclados con sabiduría. El defendía el empoderamiento femenino hace ya 4 décadas, Mi adiós desde aquí. Su esencia estará en Alqvimia y en su legado.
Para quien no lo conozca y quiera saber un poco más, reproducimos aquí un emotivo texto que nos envían desde su empresa como homenaje y adiós a quien fue para muchos, un genio.
Idili Lizcano (1956 – 2024) Fundador de ALQVIMIA
Amante de la alquimia, de la belleza y de la vida
Alquimista, experto en aromaterapia, conocedor del poder de la fitoterapia, apasionado de la vida, de la naturaleza y por encima de todo un visionario. Hace 40 años creó Alqvimia, la marca de cosmética 100% natural. En ella volcó todo su amor, pasión y creatividad en su búsqueda para transformar la belleza en luz. Decía: “Mi trabajo es una meditación en sí, es una ofrenda al mundo, una oración. Este es el secreto del noble arte de la alquimia”.
Idili nació en Orán y vivió su infancia en Paris, la ciudad de las luces que ya iluminó sus primeros pasos y despertó su sueño entorno al mundo de los perfumes. A muy corta edad, con tan solo 7 u 8 años, visitaba las perfumerías de la época por los alrededores de Place Vendôme. Lo hacía para descubrir nuevos aromas y fragancias. Fue en esos años que el mundo de los perfumes enraizó en su corazón y en su interior se retaba diciéndose a sí mismo “cuando sea mayor lo haré mejor”. Lo consiguió, su sueño se hizo realidad.
Filósofo en la teoría y en la práctica
En 1975 volvió a España después de un exilio forzoso familiar y se instalaron en Altea (Alicante) pueblo natal de su madre. Movido por su inquietud existencial se matriculó en la Universidad de Valencia, en la facultad de Filosofía. Terminada la licenciatura se embarcó en una etapa iniciática de viajes, permaneciendo casi un año en la India. Allí conoció las filosofías orientales del tantrismo, la meditación, el hinduismo, el budismo…
En esos años su sueño se fue consolidando y ya de nuevo en España abrió su primer laboratorio alquímico en la Alpujarra granadina. Allí aprendió los secretos de las plantas medicinales que le confiaban los pastores de la zona. Así reconectó con el mundo de las flores y plantas, destiló sus primeras esencias, creando sus primeros perfumes y cosméticos. La conexión con la naturaleza le dio el empuje para buscar una zona rica en plantas medicinales y así llegó a la Garrotxa, en pleno Pirineo de Girona. Se instaló en una masía del siglo XIV, Can Duran, en donde nació ALQVIMIA en 1984, una zona paradisíaca donde se encuentra actualmente la sede.
“Quise fundar ALQVIMIA en plena naturaleza porque quería demostrar al mundo que es posible crear riqueza, crear una empresa en el corazón de la Naturaleza y con absoluto respeto por la Madre Tierra. Según el pensamiento de los antiguos alquimistas, podemos fusionarnos con ella en lugar de intentar dominarla, arriesgando el intento.”
Idili Lizcano creó ALQVIMIA para ofrecer auténticas joyas cosméticas. Diferentes y excepcionales, siguiendo la técnica de los antiguos alquimistas, uniendo tradición y modernidad a partir de fórmulas elaboradas con extractos 100% naturales.
Cada una de las fórmulas creadas por Idili Lizcano van más allá de la transformación de la piel. Son joyas terapéuticas que tratan las emociones, la salud y el alma. Él mismo decía “elaboro fórmulas de la felicidad”. Cada extracto, cada aceite esencial, cada uno de los ingredientes se selecciona de la mejor calidad en función de la zona, del clima, del tipo de cultivo y recolección en cualquier zona del mundo, buscando la excelencia del producto. En 1991 empezó la expansión internacional de la empresa, abriendo mercados tan complejos como Holanda, Bélgica e Italia y en 40 años consiguió posicionar ALQVIMIA en 20 países de todo el mundo, con un posicionamiento de éxito en países asiáticos en donde la exigencia por la calidad de los aceites esenciales es altísima.
Su conocimiento filosófico de culturas espirituales lo implementó en cada frasco de ALQVIMIA. Formó un equipo propio de terapeutas y elaboró rituales con protocolos en cabina abriendo sus propios espacios ALQVIMIA Store & Spa en 2003 en Barcelona, Madrid, Girona y Hong Kong, que hoy son rituales que se ofrecen en las cabinas de los Spa y de las cadenas hoteleras más relevantes de todo el mundo, como los Ritz-Carlton, Marriott…
Su modelo de Economía Humanizada
Y puesto que el amor siempre ha estado presente en todo lo que ha creado Idili, porque ALQVIMIA es su propia historia de amor, quiso también transmitir todo ese amor no sólo a su familia, sino también a su empresa creando el modelo de Nueva Economía. Él lo llamó Economía Humanizada, respetuosa con las personas y con el medio ambiente. Una economía que desde el primer día potencia la economía productiva frente a la economía especulativa. Esa forma de trabajar le ha valido premios nacionales e internacionales, como el Green Label de Greenpeace en 2004 por la calidad y autenticidad de los productos ALQVIMIA.
Visionario, fiel a sus principios, pionero de la auténtica cosmética 100% natural desde hace 40 años, Idili Lizcano creó y vivió su gran aventura que hoy deja en manos de sus queridos hijos. Drolma Lizcano, CEO de ALQUIMIA, nos recuerda a su padre con las palabras de Platón que inspiraron a Idili “la belleza es un camino ascendente a la luz y ahora él ha alcanzado ese máximo esplendor, brillando su luz más fuerte que nunca desde donde esté”. D.E.P.