La Provenza francesa es un pequeño paraíso para plantas como la verbena o la lavanda azul (y ahora blanca), que tanto nos cautivan con su perfume y tantos recuerdos nos evocan. Cultivadas por pequeños agricultores estas especies siguen adelante, a pesar de la amenaza de extinción que pesa sobre alguna de ellas. Es el caso de la lavanda azul y que empresas como l’Occitane están dispuestos a protegerlas con nuevas prácticas en su cultivo.
Desde hace años la lavanda hace frente a condiciones similares a la sequía. También es atacada por la cicadella, un insecto portador de enfermedades que prospera en ambientes secos. La disminución de esta planta es un fenómeno alarmante. Por eso, desde 2012, L’Occitane apoya con fondos a institutos de investigación franceses y a sus equipos de agrónomos para dar con nuevas técnicas para preservar la planta.
Lavanda Blanca, protectora de la lavanda azul
El cultivo de una nueva hibridación, la lavanda Blanca, se ha revelado como el gran hallazgo para preservar la identidad genética de la lavanda azul. Y es que la convivencia entre ambas las vuelve más resistentes al cambio climático y a los insectos portadores de enfermedades.
Intercalada entre las míticas hileras de lavanda azul, esta hibridación -producto de 7 años de investigación- vuelve más resistente a su compañera.
Lavanda Azul
En 2016 L’Occitane ponía los cimientos, en colaboración con actores locales, de un programa pionero para introducir nuevas variedades en los campos de lavanda. El objetivo: enriquecer la diversidad genética de la tierra para aumentar la resiliencia de la lavanda y evitar así su decadencia. El cultivo de lavanda blanca forma parte de este programa. Por eso el tantas veces retratado paisaje azul deja paso a uno salpicado de motas blancas. Es un nuevo símbolo de la diversidad y de la abundancia biológica de Provenza.
Es la prueba visible del trabajo que L’OCCITANE para proteger la biodiversidad.
Esta es una de las iniciativas de conservación en las que trabaja el Departamento de Sostenibilidad & Biodiversidad de L´Occitane a través de la Lavender Endowment Fund, y directamente en colaboración con sus productores, que son parte (entre otras) de la asociación sin ánimo de lucro Agroécologie et Commerce Équitable.
Producto del trabajo de estos organismos es otra iniciativa que se ha revelado como un gran apoyo para la lavanda. Se trata de intercalar, entre las hileras de lavanda, trigo y espelta, que ayudan a regular la temperatura del suelo y crean barreras naturales para proteger a la lavanda de las plagas.
En 2021, un total de 180 hectáreas de lavanda fueron sembradas con lo que se ha dado en llamar «cobertura vegetal».
Línea de l’Occitane con lavanda blanca
Conocida por sus beneficios calmantes y relajantes, esta flor se ha utilizado con fines terapéuticos durante siglos. Este año l’Occitane rinde homenaje a la lavanda blanca por primera vez.
La nueva gama Lavanda Blanca de L’Occitane se compone de Eau de Toilette; Gel de Ducha; Crema de Manos; Leche de Cuerpo y Perfume en Gel. Todos ellos incorporan un perfume más ligero y delicado que el de la lavanda azul pero igual de inspirador.
Sobre L´OCCITANE-en-Provence
“L’Occitane es el resultado de una auténtica historia de amor que dura ya 40 años”, cuenta Olivier Baussan. Casi 45 años después de su nacimiento, L’Occitane se mantiene fiel a los principios que presidieron su creación: elaborar cosméticos naturales, eficaces y sensoriales de alta calidad inspirados en la cultura del Mediterráneo y con una premisa inamovible: “el respeto por el hombre y el medio ambiente”. Más de 300 ingredientes de origen vegetal y aceites esenciales, en su mayoría ecológicos, componen sus fórmulas, testadas bajo control dermatológico.