A la manteca de Karité se la conoce como el oro de las mujeres africanas. No es de extrañar. Es más, en la región de Sahel (el cinturón que atraviesa la ‘barriga’ de África) proporciona trabajo e ingresos a unas tres millones de mujeres, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Son muchas las empresas occidentales que van hasta allí en busca de este tesoro, pero no hay tantas con el compromiso de Afrinatur.
Esta pequeña marca de cosmética Bio ha situado a las mujeres africanas como sus verdaderas protagonistas. Para conseguir esa manteca de Karité o el aceite de Baobab -otro de sus productos estrella- trabajan con cooperativas locales femeninas. Y todo dentro de una filosofía de conciencia y respeto, con el objetivo de promover el empoderamiento femenino.
Un viaje inolvidable
Afrinatur nació en el año 2014 cuando sus creadores, Rolando y Marc, viajaron hasta Senegal. Aunque ya conocían África como turistas, esa vez marcó un antes y un después. Ya que sintieron en primera persona la realidad del continente y de sus gentes. Tras varias idas y venidas, conocieron a cooperativas de mujeres africanas que recolectaban y elaboraban gran variedad de productos naturales. Y con ellas siguen trabajando en Senegal, Mali o Burkina Faso, varios años después, sin intermediarios y con condiciones justas.
Así, empezaron a traer a nuestro país ese tesoro para la piel y el pelo que es la manteca de Karité. A diferencia de lo que solemos conocer -en crema, productos aromatizados…-, Afrinatur apuesta por un Karité puro. Sin refinar. Igual que su aceite facial de Baobab, perfecto antioxidante para hidratar la piel y protegerla de agresiones externas. Ambos productos, a la venta en Amazon, cuentan con el sello Ecocert Cosmos Organic y son aptos para veganos.
Compromiso en 360º
Además de apoyar el empoderamiento de las mujeres africanas, Afrinatur mantiene un compromiso de sostenibilidad que se vertebra en dos patas. Por un lado, su respeto a la naturaleza queda claro al apostar por materias sin refinar. Su manteca de Karité o su aceite de Baobab prescinden de químicos y sintéticos. El sello Ecocert, bajo la norma Cosmos Organic, así lo certifica.
Y para el resto del proceso, del envasado al etiquetado o manipulado de los productos, cuentan con entidades del tercer sector y centros especiales de trabajo. Porque como les gusta definir a sus creadores, Afrinatur es más que una marca. «Es un proyecto responsable de cosmética Bio hecho con conciencia y respeto». ¡Ojalá muchos más así!
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